El municipio de La Ceja, conocido como el vaticanito, ha sido por años netamente de creencia mariana, guardando culto a la Virgen, especialmente por su advocación a la Virgen del Carmen, la patrona de los cejeños.
“El primer cuadro que llegó a La Ceja de la imagen de la Virgen del Carmen, se conserva aún en la sacristía con la intención de que los cejeños recuerden que desde su fundación el municipio ha sido consagrado a la Virgen del Carmen”, cuenta el Pbro. John Fredy Córdoba Bedoya. Las tradicionales fiestas patronales en el municipio, han sido por años la celebración más importante para los cejeños, un tiempo lleno de tradición, cultura y fervor.
Se le empezó a llamar La “Crespita” en los 80´s “este apelativo se le debe a un sacerdote jesuita que se llamaba Jesús Bernal era orador y predicador, movido por el espíritu santo y en una efusión muy grande en una de sus predicaciones la llamo ‘Esta bendita crespita’ desde ahí nosotros la hemos asimilado como la crespita cejeña”
El 25 de julio del año 1971 fue coronada canónicamente por petición del entonces Obispo Monseñor Alfonso Uribe Jaramillo y fue la misma comunidad cejeña quien se encargó de recoger los fondos para poder coronarla “En ese mismo año la corona fue robada, los ladrones se quedaron en la iglesia de noche, se subieron por el retablo y allí llegaron a la hurna donde estaba ella, la despojaron de su corona y la del niño. Al otro día por la mañana cuando abrieron el templo lograron salir inadvertidos”, cuenta el Pbro. John Fredy Córdoba. Luego de la noticia los cejeños lloraron la perdida, debido a su deidad hacía la Virgen del Carmen. Posteriormente y gracias a un conductor de taxi la corona fue recuperada “Por una diosidencia un taxista llamado Jesús Bernal recogió a unos tipos que lo habían contratado para llevarlo a la ciudad de Medellín y escuchaba que hablaban de una distribución, cuando regresó a La Ceja ya estaba rodando el cuento de el robo de la corona y fue él quien manifestando esto y con un trabajo conjunto con la policía, lograron llegar a la casa donde estaba la corona”, agrega el sacerdote; el día que la corona fue recuperada, el pueblo se llenó de fiesta, hubo repique de campanas y celebración.
“La Crespita” ha recibido la protección tanto de los sacerdotes como de la comunidad pues cada año alguna familia cejeña se hace cargo de la organización y patrocinio de las fiestas en conmemoración a la Virgen del Carmen y es esto lo que ha permitido que el fervor y la devoción a la patrona de los cejeños crezca cada vez más.