Marinilla, Antioquia – En el municipio de Marinilla, la figura de Rigoberto Cortés Castro es sinónimo de devoción, tradición y servicio a la comunidad. Conocido por su rol como animero, una figura tradicional que recorre las calles durante el mes de noviembre rezando por las almas del purgatorio, Rigoberto ha sido, desde 2008, un referente de la espiritualidad en su municipio. Pero su compromiso con la comunidad no se limita a su papel como animero; actualmente, Rigoberto también es concejal de Marinilla, un cargo que le permite seguir trabajando por el bienestar de su gente, fusionando sus raíces religiosas con su vocación de servicio público.
La historia de Rigoberto Cortés como animero comienza en su niñez, cuando, acompañado de sus abuelos, rezaba cada noviembre por las ánimas benditas del purgatorio. “Mi abuela me enseñó esta tradición, y desde entonces he caminado por las calles de Marinilla, orando por los que ya no están”, cuenta Rigoberto con profunda devoción. Fue así como, desde 2008, asumió la responsabilidad de ser el animero del pueblo, llevando la tradición familiar a las nuevas generaciones y manteniendo viva una costumbre religiosa que une a la comunidad en un acto de fe y reflexión.
Cada noche de noviembre, Rigoberto recorre las calles de Marinilla, rezando el “Padre Nuestro” y el “Ave María” en voz alta, pidiendo por el descanso eterno de las almas del purgatorio. “La gente me busca mucho para que ore por sus seres queridos que han fallecido”, menciona Rigo, quien se convierte en una figura de consuelo y esperanza para aquellos que buscan oración para sus seres queridos en medio de la pérdida. Su figura, con vela en mano y oración constante, es un recordatorio de la importancia de la fe y la unión familiar en los momentos difíciles.
Pero el rol de Rigoberto Cortés no se limita a ser el animero del municipio. Hoy, además de seguir con su tarea espiritual, es concejal de Marinilla, un cargo que le permite ampliar su influencia y trabajo por su comunidad. En su labor política, Rigo sigue defendiendo los valores que lo han acompañado desde su niñez: el compromiso con los demás, el respeto por las tradiciones y la importancia de la solidaridad en la vida pública.
Como concejal, Rigoberto ha mostrado un fuerte compromiso con las necesidades de la comunidad, abogando por proyectos que beneficien tanto a los jóvenes como a los adultos mayores. A lo largo de su carrera política, ha enfatizado la importancia de preservar las tradiciones y la cultura local, sin dejar de lado las necesidades más apremiantes de la población, como el acceso a servicios básicos, la seguridad y el desarrollo sostenible del municipio.
La figura de Rigoberto Cortés no solo simboliza la preservación de una tradición religiosa profunda, sino que también representa la continuidad de los valores comunitarios que han caracterizado a Marinilla a lo largo de los años. Su trabajo como animero y como concejal es un ejemplo de cómo las tradiciones y la política local pueden entrelazarse.