En conmemoración a los fieles difuntos y popularmente conocido como el mes de las animas, en noviembre la tradición católica se dedica a orar por las animas y celebrar en su nombre novenas y eucaristías para que estas puedan descansar en paz.
Casi todos los pueblos de Antioquia, al llegar el mes de noviembre nombraba a una persona que sacaba a pasear las animas por todo el pueblo, conocido este personaje como el famoso animero “esta tradición empezó más o menos en 1900 a 1901 y casi todos los pueblos que tenían cementerios nombraban uno, era muy difícil porque nadie se le media a hacer de animero y la razón es muy sencilla este hombre más o menos a las 12 de la noche sale con una capa, con una gorra negra y una campana y saca las animas a dar un paseo y a pedir oración por ellas haciendo un recorrido por todo el pueblo”, comenta Guillermo. La base teológica de la fiesta es la doctrina de que las almas, que no están limpias de pecados se encuentran purificándose en el Purgatorio, es por esto que comúnmente todos los meses de noviembre se escucha la plegaria “Que Dios las saque de penas y las lleve a descansar”.
Esta tradición, según la visión cristiana, busca que los creyentes que están aun en la tierra eleven una oración que pueda ayudarle a las almas no terrenales a encontrar la tranquilidad “la Iglesia permitía que el animero visitara el cementerio y las sacara por todo el pueblo, incluso a veces la Iglesia era la que nombraba el animero. Este recorrido se había aproximadamente una hora y las personas que se despertaban debían rezar un padre nuestro por las animas del purgatorio”, agrega Guillermo.
En el municipio de La Ceja no ha sido muy usual el tradicional animero, sin embargo hay otras dinámicas que se realizan en el municipio para conmemorar este mes “acá lo que se hace es que el 30 de noviembre que es el último día del mes, el cementerio lo dejan abierto, el año pasado no por lo de la pandemia, pero lo hacen para la gente pueda ir a hacer la novena para las ánimas y lo dejan abierto, pero hubo un párroco aquí que dijo que no alcahueteaba eso que porque la gente como le decía anteriormente, se estaba metiendo al cementerio a coger tierra o polvo de los ataúdes”, cuenta el historiador.
La Ceja, más conocida entre los católicos como el vaticanito, es un municipio lleno de historia y tradición, entre sus feligreses conservan celebraciones como la del día d ellos muertos que se celebra el 1 de noviembre y el día de las animas que se celebra el dos pero llevan a cabo ceremonias todo el mes de noviembre.