El Municipio de La Ceja, un pueblo pujante, cuna de floricultores y comerciantes, se ha distinguido entre los municipios del Oriente por su ordenamiento territorial y su cultura.
Propiamente el gremio de los comerciantes es uno de los más importantes del municipio, pues lo compone no solo las grandes franquicias sino las conocidas tiendas o graneros de barrio. Estos lugares, marcados por la historia, la tradición campesina y la cultura se han quedado en el corazón de los cejeños durante años “entre los años 50 y 60 el municipio existían unos locales llamados tiendas o graneros y los principales en este municipio era la tienda de Camilito Orozco también tenemos la tienda o Granero de los hermanos Campuzano Andrés y Gilberto y otro local era el de Villa que quedaba en la calle 18 entre las carreras 19 y 20 muy famoso porque allí traía panela de Cocorná y era un local muy pequeño”, comenta Guillermo González un viejo conocido por los cejeños.
Una de las más populares durante años fue la tienda de abarrotes de Camilito Orozco, un cejeño que dedicó su vida a servir en un granero donde los campesinos se abastecían de víveres para llevar a sus hogares en las veredas “la más famosa era el Granero o tienda de abarrotes de Camilito Orozco donde allí llegaban los campesinos a abastecerse de lo que era panela, azúcar, el grano, frijoles, maíz. En esta tienda se encontraban de toda calidad papel cigarrillos, aceites mantecas y era muy famosa porque se mantenía muy surtida y la atención era una de las mejores. Recordemos que Camilito Orozco era uno de los hombres que era importante acá porque pertenecía a varias juntas como la de La Caja Agraria que era el único Banco que existía aquí en el municipio de La Ceja”, agrega Guillermo.
Sin embargo y a pesar de que muchos aspectos en el gremio de los tenderos han mejorado en temas de calidad y conservación de los productos, antes las costumbres se manejaban de una manera más artesanal “estas tiendas repartían sus cosas hojas de bijao o en hojas de pantano, porque la manteca, por ejemplo, venía en grandes galones, las medidas que se tomaban en este tiempo para el grano o para la papá era lo que era la pucha que era parecido a 1 kg, era un cuadrito de madera y así se medía y trazaba con una regla”, cuenta el historiador.
Camilito se quedó en el corazón y el recuerdo de todos los cejeños pues la atención y su don de gente lo llevó a ser el tendero más reconocido en el municipio. La tradición no se ha perdido del todo, en la actualidad, la mayoría de las tiendas del municipio se encuentran ubicadas en sitios estratégicos, incluso algunos de los tenderos más reconocidos que ahora no están han dejado el legado a su familia.
Para muchos, en La Ceja, a pesar de la entrada de grandes tiendas de cadena, no ha perjudicado en su totalidad a los comúnmente conocidos tenderos de barrio, pues son muchos barrios los que conforman el municipio de las bicicletas y las flores, y gracias a esto en su gran mayoría el gremio de los tenderos aún sigue vivo.